LA IMPORTANCIA DEL RECREO JUEGOS EN EL TIEMPO LIBRE DE LAS CLASES ESCOLARES
El recreo es un breve descanso del alumnado después del trabajo áulico, generalmente en el patio y sin el maestro. Es un tiempo y un espacio con libertad para decidir qué hacer, cómo y con quién; para descansar y disfrutar, despejarse, desestresarse, jugar, correr, repasar tareas e interactuar entre pares.
Actividades físicas espontáneas y libres, como correr, saltar, perseguirse, jugar con pelotas o bailar, moverse y escuchar música, mejoran el rendimiento posterior de la atención, concentración, comprensión y memoria.
El recreo promueve la socialización, la participación y las interacciones personales positivas, la creatividad y el aprendizaje de reglas y habilidades para tomar decisiones y resolver conflictos, y contrarresta las consecuencias negativas para la salud de la inactividad y el sedentarismo de los niños.
En las grandes ciudades es complementario o compensatorio de la insuficiencia de espacios públicos recreativos, de las dificultades económicas para su utilización y de las de acceso en función de las distancias, además de las de disponibilidad de tiempo de los padres para ocuparse de sus hijos.
En ciertos niveles sociales es casi la única vía para una socialización no virtual ni estructurada de la infancia que potencie el encuentro personal y los valores sociales y afectivos, jaqueados constantemente por la tevé, los videojuegos y la internet.
En suma, beneficia el desarrollo físico, intelectual, social y emocional de los niños. Siendo así, asombra que en EE.UU. se vengan eliminando los recreos escolares desde 1989 (en el 2006 alcanzaban al 40% de las escuelas), mientras el resto conserva un solo recreo pero con riesgo de desaparecer.
Todo se debió al aumento de accidentes en los recreos con las consiguientes demandas de responsabilidad civil contra directores, maestros y escuelas, muchas de ellas ganadas. Accesoriamente, cobró fuerza la idea de que eliminando los recreos mejorarían los estándares académicos, considerados muy bajos por entonces.
Afortunadamente, la Asociación Nacional de Padres y Maestros junto con importantes instituciones científicas y culturales, apoyadas por la industria la Cartoon Networks, entre otras , por voluntarios y por niños, inició una campaña de esclarecimiento buscando restablecer este espacio tan importante en la experiencia educativa de la niñez.
Entre nosotros, los recreos son habituales desde el siglo XIX y la ley 1.420 los establece obligatoriamente. Recientemente fueron revalorizados como espacios educativos y de socialización. Independientemente una importante tarjeta de crédito mediterránea viene liderando una iniciativa empresarial para hacer del patio escolar "un lugar de encuentro, diversión y no violencia", con el asesoramiento de la cátedra Equipamiento de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Córdoba, que diseñará nuevos juegos reduciendo costos al
utilizar materiales nuevos de bajo mantenimiento y de acuerdo a normas internacionales de seguridad, los que serán donados junto con otros juegos conocidos. Inicialmente pintarán rayuelas en los patios de 241 escuelas para extenderse luego a todo el país.
No se sabe cuáles serán esos otros juegos. El sentido común mueve a rechazar juguetes bélicos y electrónicos para todas las escuelas, incluidas las privadas de altas cuotas, las muñecas para las niñas y el Monopolio para los varones o similares por reproducir estereotipos sociales anacrónicos e injustos.
Tampoco son convenientes los juegos virtuales que estupidizan, sedentarizan o crean realidades falsas, con imágenes mecanizadas y sofisticadas que convierten a los niños en apéndices impersonales, solitarios y sin imaginación de los aparatos mecánicos. Ni los juegos competitivos, violentos, selectivos o con restricciones de género, sino juegos sencillos que desarrollen habilidades y brinden placer sin complejas reglas ni organizaciones.
Se debe cuidar que los recreos no tengan un modelo lúdico único y excluyente sino múltiple, a la medida de los diversos deseos de los niños, incluido el dolce far niente, pues muchas veces se estresan más en el recreo retornando agotados a las aulas.
En los colegios salesianos de otros tiempos fueron famosas las mesas de ping pong y los metegoles en los recreos, junto con el básquet y el voley espontáneamente organizados. Y los patines y patinetas en ciertas zonas del patio.
¿Por qué no un rincón de lectura con historietas y revistas de entretenimiento para leer, mirar y comentar en voz alta, sin censura ni plan previo? ¿Y si se colocan algunos libros de aventuras? ¿Y si se ponen diarios del día y anteriores, tanto locales como regionales y nacionales?
¿Por qué no habilitar salas con instrumentos musicales y reproductores de música para ejecutar, escuchar y cantar si se desea?
No se entiende por qué los juguetes concluyen con el jardín de infantes, por qué no están en la primaria y sobre todo por qué se prohíbe la pelota en los recreos. ¿Por qué no puede haber una calesita pequeña para los más chicos? ¿Por qué no un tobogán o un sube y baja? ¿Qué precepto pedagógico, o peor aún: ideológico, se ve afectado con ello?
¿Por qué no traer narradores de cuentos o de historias como se hace en animación sociocultural?
¿Por qué se prohíben los juegos de naipes en el recreo, cuando son importantísimos para el desarrollo de capacidades mentales y para la sociabilidad e incluso algunos son emblemáticos de la cultura argentina? ¿Cómo es posible sostener prohibiciones propias de épocas arcaicas en esta materia?
Lo mismo podría decirse de los juegos de mente como el ludo, las damas o el ajedrez. Si no existe ninguna razón psicopedagógica ni administrativa que los prohíba, ¿por qué se excluyen de la escuela?
Sería bueno que la iniciativa privada mencionada estudiara otros antecedentes, como la experiencia colombiana de 1994: tras comprobar que en los recreos no se jugaba, que si algo se hacía era agredirse, que tampoco los maestros hacían nada para incentivar las actividades lúdicas y que los patios no eran lo suficientemente amplios para la matrícula de alumnos, se generó un proyecto de cambio que desembocó en la creación de los juegos estacionarios de piso y pared, tan útiles para los reducidos patios escolares de las grandes ciudades.
Puesto que los recreos son espacios con formas de socialización ora complementarias, ora contradictorias con los aprendizajes áulicos, es responsabilidad de las escuelas, los maestros y los padres orientarlos hacia la primera posibilidad.
Pero si la evolución cultural y tecnológica lleva a que en el futuro los niños usen un casco virtual para sentir increíbles emociones y sensaciones sentados en un sillón que para entonces esperamos que sea ergonómico y sin salir del aula, será también porque el patio no existirá, afectado por la creciente presión demográfica e inmobiliaria.
Entre este hoy y ese futuro, mucho es lo que podemos hacer por el recreo.
Articulo estraido de aquí
Decálogo para un grupo construir un grupo que dialoga
Hace 2 semanas
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