20 nov 2012

SÍNDROME DE ASPERGER (III)

Publicado por Laura González

Llegamos a la 3ª parte del libro "Guía del Síndrome de Asperger" de Tonny Attwood y en este punto se trata la comprensión social y los lazos de amistad

Os recuero que para ver los dos puntos anteriores sólo debéis mirar a la derecha en etiquetas y clickar sobre "Síndrome de Asperger".

Este tercera parte consta de diez puntos, pero en esta entrada sólo tocaré los dos primeros. Esto lo hago para ser más constante subiendo entradas sobre el tema y que así también no se haga tan pesado y se digiera mejor la información. Una vez haya tocado los diez puntos, subiré un slidshare como siempre donde tendréis la tercera parte entera para descargar. 

Así pues, os voy a hacer una lista con los diez puntos y resaltaré en negrita los puntos que se van a explicar en esta entrada:

- 3.1. EL ALIADO DEL SÍNDROME DE ASPERGER: LA SOLEDAD
- 3.2. EVALUACIÓN DE LAS ACTIVIDADES DE INTERACCIÓN SOCIAL
- 3.3. MOTIVACIÓN PARA TENER AMIGOS
- 3.4. IMPORTANCIA DE LA AMISTAD
- 3.5. ANIMAR A HACER AMIGOS
- 3.6. PROGRAMAS PARA EL PRIMER ESTADIO
- 3.7. PROGRAMAS PARA EL SEGUNDO ESTADIO
- 3.8. PROGRAMAS PARA EL TERCER ESTADIO
- 3.9. PROGRAMAS PARA EL CUARTO ESTADIO
- 3.10. PRONÓSTICO DEL DESARROLLO DE LA COMPRENSIÓN SOCIAL

III. COMPRENSIÓN SOCIAL Y LAZOS DE AMISTAD
3.1. EL ALIADO DEL S. DE ASPERGER: LA SOLEDAD
Beneficios:
  • No tiene a nadie con quien hablar, así que tampoco se pondrán de relieve sus peculiaridades del habla y del lenguaje.
  • El niño puede disfrutar de ese rato dedicado tanto como quiera a su interés, sin nadie que esté juzgando si su actividad es anormal por su intensidad o por su objetivo.
  • Estar solo puede ser una forma de relajarse y tranquilizarse.
  • La soledad puede facilitar el aprendizaje. En clase, la adquisición de conocimientos requiere unas habilidades sociales y lingüísticas considerables. Las dificultades experimentadas en esos campos por niños con S.A les impiden aprender conocimientos académicos.
  • Cuando están solos, sobre todo en su habitación, su hipersensibilidad para algunas experiencias sensitivas disminuye, puesto que su entorno es relativamente tranquilo y silencioso.
  • El niño también puede ser sensible a los cambios y se muestra ansioso si las cosas no están donde deberían. En su habitación, los muebles y los objetos tienen una disposición conocida, y su familia sabe que no puede tocar ni cambiar nada de sitio. Su habitación es su refugio.
  • Suelen arreglárselas bastante bien interactuando con una sola persona, utilizando su capacidad intelectual para procesar las claves sociales y la comunicación no verbal, y el recuerdo de situaciones sociales similares para determinar qué ha de decir o hacer.
  • En un grupo, es posible que su capacidad intelectual no sea suficiente para afrontar la interacción social de diversos participantes, y puede tardar másn en procesar la información social, que en general se comunica más deprisa en grupo que individualmente. El retraso en el procesamiento social significa que el niño no estará en sincronía con la conversación y será propenso a cometer un error social evidente o se quedará al margen y se abstendrá de hablar.
3.2. EVALUACIÓN DE LAS HABILIDADES DE INTERACCIÓN SOCIAL
Para valorar las habilidades de interacción y razonamiento social, el médico debe socializarse con el niño, adolescente o adulto. Con niños pequeños esto se consigue jugando con ellos con juegos y juguetes en la propia consulta. Es de gran importancia clínica el grado de reciprocidad, el reconocimiento del niño y su lectura e interpretación de las claves sociales expresadas por el médico y sus conocimientos sobre cómo responder a esas claves. El médico examinará si el niño muestra una conducta social apropiada al desarrollo, y su utilización del contacto ocular, los métodos de regulación de la interacción, y el grado es espontaneidad y flexibilidad cuando juega con él. Esta parte de la evaluación debe obtenerse en un juego tanto estructurado como no estructurado. Para adolescentes y adultos, la evaluación de las habilidades de interacción social se obtendrá mediante una conversación que aborde diversos temas relacionados con la amistad, experiencias sociales y las aptitudes sociales. Algunos de los temas y preguntar de la conversación pueden extraerse de los instrumentos de detección del S.A con el objetivo de proporcionar más información sobre la madurez social, la experiencia y la habilidad social de la persona evaluada.
El examen de las relaciones y amistades con los compañeros puede emprenderse mediante la identificación de los amigos del paciente que piensa sobre los atributos de la amistad. Entre las preguntas pueden estar las siguientes:
  • ¿Quiénes son tus amigos?
  • ¿Por qué fulanito es tu amigo?
  • ¿Cuáles son las cosas que hace una persona para mostrarse simpática y agradable?
  • ¿Cómo haces amigos?
  • ¿Por qué tienes amigos?
  • ¿Qué hace de ti un buen amigo?
Normalmente el niño con S.A suele tener un concepto de amistad inmaduro, más o menos dos años por debajo del que tienen los compañeros de su edad. Es muy típico que el niño con S.A tenga menos amigos y juegue menos a menudo con otros niños y durante menos tiempo en comparación con los demás. Esto también puede pasar en la adolescencia.
La amistad puede ser peculiar en el sentido de que el niño decide jugar con otros más pequeños o prefiere la compañía de los adultos. Esto último puede ser porque su carácter es más apacible y tranquilo.
Un niño o un adulto con S.A puede confundir fácilmente la simpatía con la amistad y formarse un concepto de los amigos como si fueran máquinas de confianza. El niño con S.A se forma un concepto de la amistad basado en la posesión y no tolera que nadie rompa sus normas personales sobre la amistad. Además, los adolescentes y adultos pueden tener problemas para entender que la simpatía no indica necesariamente un interés sentimental.
El médico también examina si el paciente está motivado para tener amigos, su capacidad para hacerlos y conservarlos, y el valor y la naturaleza de los amigos en su vida. Los adolescentes y adultos con S.A pueden expresar sentimientos de soledad y en ocasiones tienen plena conciencia de su falta de amigos y se sienten desgraciados por ese motivo.
El niño con S.A suele jugar de un modo poco convencional o idiosincrásico con prioridades e intereses diferentes de los demás, que se aburren con los monológos sobre los intereses y aficiones de aquel.
El juego imaginativo puede ser diferente del de otros niños desde un punto de vista cualitativo. Los niños con S.A pueden usar la imaginación para jugar, pero su actividad suele ser solitaria e idiosincrásica.
El niño permanece en un rincón del patio de recreo, en ocasiones aislado socialmente de forma voluntaria o activamente por los otros niños cuando les pide que lo dejen participar en su juego y éstos lo rechazan por considerarlo entrometido e irritante.
Cuando a un adolescente se le incluye en las actividades y conversaciones de sus compañeros, muchas veces sigue teniendo la sensación de quedar excluido o de que no es popular. La falta de aceptación social auténtica por parte de los demás afecta de forma adversa al desarrollo de la autoestima de esos adolescentes.
La evaluación diagnóstica incluye un exámen de las aptitudes del niño en diversas situaciones sociales, como jugar con amigos, padres, hermanos o compañeros, y en situaciones sociales nuevas. Los signos del S.A son más evidentes cuando el niño juega con sus compañeros que con los padres u otro adulto, como el médico que lo examina.
Además, se examinará el conocimiento del niño sobre los códigos de conducta social en diversas situaciones, en particular su reconocimiento del concepto de espacio social y su aptitud para modificar los saludos, el contacto físico y los temas de conversación de acuerdo con el contexto y las expectativas culturales. También debe obtenerse y evaluarse otra información valiosa con respecto a la respuesta del niño a la presión de sus compañeros, la duración y satisfacción de su juego solitario, el cumplimiento de las normas sociales, su grado de honestidad, el sentido del humor y la susceptibilidad y la reacción a las burlas y a la intimidación.
El exámen diagnóstico incluye una valoración de las habilidades de interacción y razonamiento sociales a partir de la observación, la interacción y la narración del paciente, que pueden usarse para confirmar o descartar el diagnóstico. Esta evaluación puede usarse como base para calibrar el progreso de los programas en cada una de las áreas de comprensión social que pueden mostrar un retraso o ser poco comunes (las características distintivas del S.A).


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