22 mar 2010

Teoria de Animación sociocultural e Integración social Resolución y Mediación de Conflictos (IV) LA COMUNICACION (I)

Seguimos avanzando en este estudio detallado sobre la Mediación y Resolución de conflictos. Tarea que tanto TASOC como TISOC debemos manejar con soltura.

En esta ocasión os ofrecemos el primer articulo dedicado a

MEDIACION Y RESOLUCION DE CONFILCTOS (IV) LA COMUNICACION (I)


4. COMUNICACIÓN.

La comunicación es esencial para las relaciones humanas. En la comunicación influyen varios elementos: el emisor, el receptor, el mensaje, el canal, el código y el contexto.

Tanto el emisor como el receptor se basan en sus experiencias previas a la hora de comunicarse y en las percepciones subjetivas. Cuanto más parecidas son las experiencias previas de ambos, mejor será la comprensión. En cualquier caso, con una comunicación amplia y abierta podremos mejorar nuestro entendimiento de los mensajes acercando bien el sentido de los códigos al contenido mental de quien se expresa.

La capacidad para comunicarnos correctamente es muy importante para comprobar toda la información que necesitamos en los procesos para el tratamiento de los conflictos.

Es importante para comunicar lo que nos pasa, cómo nos sentimos y lo que pensamos y también para comprender lo que les pasa, cómo se sienten y qué piensan los demás.

Frecuentemente, el hecho de comunicar nuestros conflictos alivia la situación, y el expresarlos con claridad y concreción facilita el que nos entienda mejor quien escucha y se eviten malentendidos que producen dificultades.

Desarrollar la capacidad comunicativa de la expresión verbal, escrita, gestual, etc... es uno de los principales objetivos de nuestro trabajo en la Regulación de Conflictos.

Para conseguir que nuestra comunicación sea clara, precisa y constructiva estudiaremos los siguientes aspectos:

- LA EXPRESIÓN.
- EL LENGUAJE NO VERBAL.
- LA ESCUCHA ACTIVA.

Pensemos qué situaciones de la vida cotidiana precisan de la adquisición de un lenguaje adecuado y socialmente eficaz para establecer relaciones amables y cordiales con las demás personas que nos rodean en los múltiples contextos que compartimos con ellas. A veces necesitamos saludar a las personas que encontramos, presentarnos o presentar a otra persona, pedir favores o disculpas, dar las gracias, contar cosas, mantener conversaciones, expresar emociones, ...

A base de experiencia, hemos podido enumerar y detallar algunos elementos a tener en cuenta:

En la EXPRESIÓN VERBAL:
- Aclarar las ideas previamente. Pensar antes de hablar.
- Ordenar las ideas. No salirse del tema.
- Expresarse con claridad, con una construcción gramatical correcta y sencilla.
- Manifestar sentimientos.
- No lanzar muchas ideas a la vez o excesiva información.
- Controlar el estado de ánimo.
- Cuidar el significado de las palabras y el uso del vocabulario.
- El volumen de la voz. Ni muy bajo, ni gritar.
- Cuidar la duración de la conversación. No abusar del turno de palabra. No interrumpir a quien habla.
- Ofrecerse a escuchar.
- Poner atención a la otra persona.
- Variar el tono de voz, pregunta, respuesta, sentimientos, ...
- Articular la pronunciación correctamente.

EL LENGUAJE NO VERBAL.
La comunicación no verbal apoya a la comunicación verbal, y tiene mucha mayor capacidad de transmisión que la comunicación verbal propiamente dicha. De hecho, es responsable de un 90% de la transmisión del mensaje.

Algunos de los elementos no verbales que tenemos que tener en cuenta a la hora de comunicarnos con los demás son:

- Mirar a la cara de la persona con la que hablamos.
- Mantener una distancia adecuada con quien hablamos.
- Adoptar una postura correcta.
- Hacer gestos coherentes con las manos para acompañar a las palabras que decimos.
- La forma de vestir dice mucho de la persona.
- Contacto físico.

Elementos que pueden provocar dificultades. Igual que los elementos anteriores pueden favorecer la transmisión del mensaje, los siguientes pueden obstaculizarla:
- Parpadear mucho y rápido.
- Mirar fijamente.
- No mirar.
- Mover el cuerpo o la cabeza en exceso.
- Taparse la boca al hablar.
- Jugar o manipular objetos o la propia ropa.
- Estar de espaldas a quien nos habla.
- Tener la radio o la televisión encendida.
- Ruido excesivo de fondo.
- Rascarse.
- Bostezar.
- Hurgarse la nariz.
- Competir mentalmente: estar pensando en lo que le vamos a responder, en lugar de prestar atención a lo que nos dicen.

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