Una tesis constata que los actos de violencia escolar también se dan entre niños de 8 a 10 años
El profesor del Departamento de Sociología y Trabajo Social de la Escuela Universitaria de Educación de Palencia José Miguel Gutiérrez presentará el lunes en el Salón de Grados y Reuniones del Campus de La Yutera su tesis de doctorado 'La violencia escolar en Castilla y León. Un análisis sociológico'
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La tesis parte del análisis de los distintos comportamientos violentos que se han encontrado en los niños de Castilla y León en periodo escolar. Tras un primer estudio práctico del fenómeno, se llegó a la conclusión de que no solo se daban, como inicialmente pudiera sospecharse, en jóvenes estudiantes de Secundaria, sino que también existen brotes de violencia entre los niños de 8 a 10 años.
Para corroborar el hallazgo, se realizó una encuesta de cerca de trescientos niños pertenecientes a colegios públicos y privados de Valladolid (elegida por ser la capital de provincia de Castilla y León de mayor población), Segovia (ciudad intermedia pero en plena expansión, por su cercanía con Madrid y el auge de sus infraestructuras) y Palencia (por ser el lugar de trabajo del doctorando).
Los resultados obtenidos se han comparado con los de otras encuestas similares de ámbito nacional, y sustancialmente apenas han diferido. Es en quinto y sexto de Primaria cuando aparece el maltrato entre el 8 por ciento y el 10 por ciento de los casos; maltrato que conviene especificar se produce en el plano verbal o psicológico; en el plano físico apenas alcanza el 1 por ciento.
A partir de los datos obtenidos se han formulado pautas de comportamiento a nivel funcional para familias y profesores, para tratar así de ayudar a resolver las posibles discrepancias con los hijos. El mayor problema encontrado es la falta de autoridad, que los padres no quieren imponerse, no desean ser autoritarios, poner alguna cortapisa a sus hijos, porque por lo general trabajan los dos fuera de casa y en el poco tiempo que pasan con el niño jamás desean contrariarle.
Un caso de conclusión similar es el de la familia que ha sufrido un proceso de separación, obteniendo la custodia la madre trabajadora fuera del hogar; ésta deja al niño plena libertad, es decir que le permite todos los caprichos. Una tercera variante del hecho son los niños a quienes les cuidan los abuelos, que tampoco tienen la firme autoridad que los niños atribuyen inicialmente a las figuras paternas
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