Una TASOC de 10 en Alicante.

Sus buenas notas desmontan los mitos

Han superado la barrera de los treinta años y son titulados en Formación Profesional. Tanto el asturiano Darío López como la alicantina Ana María Rico cumplen este perfil que se convierte en algo peculiar al echar un vistazo a sus currículum: ambos obtuvieron el Premio Nacional de FP en el curso 2004-2005. Él con un 9,9 en el ciclo de Sistemas de Telecomunicación e Informáticos y ella con un más que redondo diez en el módulo de Animación Sociocultural.




Sus experiencias desmontan por completo el mito de que los que optan por la Formación Profesional no son precisamente alumnos brillantes. Darío se matriculó en su segundo módulo con 27 años y recalca que tanto la primera como la segunda vez lo hizo “porque era la mejor opción para trabajar en lo que realmente me gustaba”. Su vocación por la electrónica fue, como le sucede a cualquier otro alumno destacado, el verdadero causante de sus buenas notas: “El secreto del diez se resume en disciplina y vocación; para mí estudiar no ha sido una obligación sino un auténtico placer”.

Ana María Rico coincide con su compañero hasta el punto de que si no hubiera sido por su interés en la animación sociocultural nunca habría pensado en ponerse a estudiar a los 33 años. “Precisamente fue ese interés —explica— lo que me trajo buenas calificaciones, porque yo nunca he ido a por la nota, sino que creo que eso llega cuando te gusta lo que haces”.

En cuanto a las ventajas, ninguno de los dos encuentra que exista relación directa entre el expediente y encontrar trabajo. De hecho, más del 80% de los titulados en FP encuentra un trabajo en menos de tres meses, independientemente de su calificación. Aún así Ana María cree que “te puede abrir las puertas de algún empleo, pero sólo a la hora de entrar, luego hay que demostrar que no es sólo cuestión de nota”.