El ocio para los adolescentes (Hace Falta más Animación sociocultural)

El ocio para los adolescentes

Según las declaraciones de sus organizadores, el balance ha sido positivo. Me refiero a la feria "JuveCant 2007", el programa de actividades organizado por el Gobierno Regional para los jóvenes de Cantabria durante las Navidades. Leo en la prensa que la Vicepresidenta del Gobierno, Dolores Gorostiaga, ha declarado que ese programa ha sido un éxito y que han participado en él, en sus sedes de Santander y Torrelavega, más de 100.000 jóvenes (imagino que la cifra indicará el número de visitas). A la vista de esos datos, lo que corresponde, en primer lugar, es felicitar a los responsables de la actividad y, también, felicitarnos todos por haber contado con ese programa. Está bien, pero ser complaciente no es una buena estrategia si queremos hacer las cosas mejor. Permítanme que, desde fuera, sin los datos que seguro que tienen los organizadores, haga un mínimo análisis de la actividad y, después, señale algunas propuestas generales.

En primer lugar, según lo que he podido observar, creo que la mayor parte de los participantes en JuveCant no han sido jóvenes, en general, sino niños y el subgrupo de menos edad de los jóvenes. Estoy de acuerdo con dos comentarios que ha hecho María Eugenia Gómez de Diego, Directora General de Juventud: «El año que viene habrá cambios para atraer a un público mayor» y «Hay que estudiar la posibilidad de ampliar la oferta lúdica de JuveCant a otras localidades cántabras alejadas de la capital del Besaya y Santande»". Según mi criterio, al menos, debería haber actividades en todas las poblaciones importantes o cabeceras de comarca.

También estoy muy de acuerdo con las declaraciones que ha hecho una de las monitoras de JuveCant: «Deberían organizar esta feria en todos los periodos vacacionales para alejar a los niños de la calle». Mi impresión es que tiene razón; es más, no basta con programar actividades durante las vacaciones de Navidad, Semana Santa y verano, también habría que pensar en todos los fines de semana. Los programas de animación para los niños y jóvenes no deberían ser una actividad extraordinaria sino algo habitual. En este sentido, me parecen muy acertadas tres iniciativas de las que ha informado el Diario Montañés en las últimas semanas: 1ª El Ayuntamiento de Astillero va a establecer una ludoteca para el ocio de los niños y jóvenes de 3 a 14 años. 2ª El Ayuntamiento de Torrelavega, en colaboración con la asociación Athalía, ha posibilitado que tres colegios públicos abriesen sus puertas durante las vacaciones navideñas para que los niños hiciesen actividades recreativas y, al mismo tiempo, se facilitase la «conciliación de la vida familiar y laboral» de los padres. 3ª La Universidad de Cantabria ha celebrado una nueva edición del 'Campus Infantil de Navidad', con actividades lúdicas, formativas y deportivas para niños de hasta 12 años. ¿Cuándo dejarán de ser noticia iniciativas cómo éstas? ¿Cuándo habrá ludotecas en todas las poblaciones y barrios grandes? ¿Cuándo se logrará que los centros educativos estén abiertos todos los días con monitores que animen el tiempo libre de los niños y de los más jóvenes?

La ocupación del tiempo libre de los adolescentes me interesa desde hace tiempo, y no sólo se trata de una inquietud profesional. Verán ustedes: cuando algún sábado por la tarde voy a comprar a uno de los centros comerciales situados cerca de la ciudad, siempre observo que hay grupos de adolescentes de entre 12 y 16 años que, sin saber cómo, tratan de 'matar el tiempo': deambulan solos por los pasillos en los que se encuentran las docenas de tiendas, esperan con cara de aburrimiento en la entrada de los cines y merodean por los espacios comunes comiendo chucherías. En esas ocasiones siempre pienso lo mismo: 1º Se aburren mucho y 2º Pasar el tiempo libre en un centro comercial tiene poco de educativo y mucho de situación alienante. Los fines de semana también observo que, por las tardes, docenas de chavales, la mayoría menores, entran en el supermercado para comprar bebidas. Otro dato, anecdótico pero revelador: hace unos días, detrás de mi casa, en la calle, sentadas en una escalera, dos jovencitas -seguro que no habían cumplido los 17 años- se preparaban un porro a las cinco de la tarde. Les aseguro que la imagen era triste.

Sé que comportamientos como los descritos no son generales, pero me parece que tampoco son extraños. Por tanto, si no estoy equivocado, si muchos adolescentes se aburren, es necesario realizar una intervención socioeducativa. Según mi opinión, las líneas generales de esa intervención deberían ser las siguientes:

1. La animación sociocultural de los adolescentes debe responder a un plan específico y detallado y, en primer término, es conveniente conocer cómo emplean su tiempo libre (como se verá, hablo de adolescentes; es decir, considero que no se debe hablar de 'jóvenes' y en esa categoría incluir a los que tienen 13 años y los que tienen 23; obviamente, sus situaciones, problemas, intereses y necesidades son muy distintas. Tratar de incluir en el mismo espacio, bajo un mismo programa, actividades para un niño de 6 años, un adolescente de 14 y un joven de 22 es un error).

2. El plan debe incluir recursos humanos (animadores socioculturales) y recursos materiales (locales y equipamientos) por toda la región. También debe incluir el diseño de programas y actividades.

3. Es preciso implicar en el plan a los centros educativos y a las asociaciones juveniles. ¿No habíamos quedado en que hay que educar para el tiempo libre? ¿No estamos todos convencidos de que hay que abrir la escuela a la comunidad? ¿Cómo es posible que todavía hoy muchas escuelas sólo se utilicen para dar clase y que permanezcan sin actividad durante las tardes, los fines de semana y en los periodos de vacaciones? Sí, como se ha dicho en muchas ocasiones, la escuela debe servir para mucho más que enseñar-aprender Matemáticas, Historia, Geografía y Lengua. Las actividades extracurriculares son importantes y la educación para el ocio es fundamental. Por otra parte, ¿cómo no se potencian las asociaciones juveniles que dependen de las parroquias o de las asociaciones de vecinos? ¿Cómo no se ayuda más a los grupos deportivos que hacen actividades para los adolescentes?

4. Hay que evaluar las actividades que se han realizado en la región y actuar en consecuencia (cuando se hacen evaluaciones solamente para cubrir el expediente se pierde tiempo, recursos y la oportunidad de aprovechar una valiosa información).

5. Es oportuno conocer qué actividades han realizado otros, analizar sus resultados y aprovechar sus experiencias. ¿Cómo es posible que no incorporemos los logros de otras regiones? ¿Cómo es posible que se deje de consultar a los responsables de unas actividades sólo por que son de otro partido político?

6. En términos generales, un plan como el que sugiero debe responder a un propósito educativo. Es decir, no sólo se trata de ayudar a que los padres puedan conciliar su vida laboral y familiar, o a que estén tranquilos porque sus hijos están haciendo unas actividades con una cierta supervisión; se trata, según mi criterio, de programar actividades que sean al mismo tiempo lúdicas y educativas. Se trata de posibilitar que los adolescentes aprovechen el tiempo libre para su desarrollo personal, para impulsar su creatividad, para facilitar que sus inquietudes puedan llevarse a cabo.

Considero que en ese plan no deberían estar únicamente los responsables regionales de la política de juventud; por el contrario, es necesaria la coordinación de los responsables regionales y municipales; de las áreas de educación, cultura y deporte; de las asociaciones de jóvenes y de padres; de las parroquias y las asociaciones de vecinos; de los expertos en animación sociocultural y de los educadores. En definitiva, de nuevo en mi modesta opinión, para que unos adolescentes de 12 ó 16 años no estén metidos en el centro comercial o vayan a comprar bebidas al supermercado hay mucho camino por recorrer, y, en distinta medida, todos somos responsables; sí, empezando por los padres

LA NOTICIA ORIGINAL AQUI