Hoy es el Día Mundial del Agua. En nuestra realidad lo normal es que el agua salga del grifo, que además está dentro de casa. Pero esa no es la realidad de cerca de 800 millones de personas en todo el mundo. En ONGAWA hemos querido experimentar una parte de esa otra realidad y tres personas han vivido durante 21 días con 50 litros de agua al día.
Lo primero que ha llamado la atención a la gente es precisamente esa cantidad, ¿por qué 50 litros? Esa es la cantidad mínima que precisa el Derecho Humano al Agua y el Saneamiento, reconocido por la Asamblea General de las Naciones Unidas, en la resolución de 28 de julio de 2010 (hace menos de dos años), como “esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los Derechos Humanos”.
La mayoría de gente que ha comentado en el blog o ha tenido la oportunidad de conversar con los protagonistas de esta experiencia ha pensado que 50 litros es muchísima agua para una persona en un solo día. Y se han llevado una sorpresa al descubrir que una ducha de 5 minutos ya consume 50 litros. O que una lavadora normal puede consumir hasta 20 litros (¡por kilo de ropa!) al hacer la colada. Por no mencionar la que se usa para tirar de la cadena, cocinar, lavar los platos, pasar la fregona, lavarse los dientes y hasta enjuagar los chupetes y biberones de los más pequeños. Y beber, claro. No nos damos cuenta, pero ellos todo lo han contabilizado y han tenido que ajustar su consumo de agua diario para no pasarse de los 50 litros, que es además un tercio del consumo medio de agua por persona y día en España.
Las experiencias y pensamientos volcados en el blog y en twitter (#50litros) van desde la frustración por llegar al final del día sin agua para beber: (@jcponline: “Tengo mucha sed, me voy a dormir a ver si se me olvida”) hasta la reflexión sobre el efecto que no tener agua potable accesible tiene para tanta gente en el mundo: diarreas y otras enfermedades que se transmiten por agua contaminada y que elevan los índices de mortalidad infantil hasta cotas sencillamente inaceptables; falta de acceso a agua en centros de salud que impiden a las mujeres dar a luz con unas mínimas condiciones higiénicas o las enormes distancias recorridas por (habitualmente) mujeres para recoger agua (se estima una media de 6 kilómetros diarios en África), lo que impide la escolarización de las niñas.
La buena noticia es que podemos ver el vaso medio lleno. Un informe publicado hace unos días por UNICEF y la Organización Mundial de la Salud pone de manifiesto el avance que se ha producido en los últimos 20 años en el acceso a fuentes mejoradas de agua. Entre 1990 y 2010 más de 2.000 millones de personas han mejorado su acceso a una fuente de agua potable y se anuncia el cumplimiento de una de las metas establecidas en los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).
Esta mejora de acceso no supone el cumplimiento del Derecho Humano al Agua y el Saneamiento (que contempla otras dimensiones), pero sin duda supone un gran avance que nos debe animar a seguir trabajando en la misma línea.
Fuente de la noticia
0 comentarios:
Publicar un comentario