1 Estructura de la Animación sociocultural
Hay tres acciones que entrelazan al animador sociocultural con otras capacidades socioeducativas; estas son la de proyectar, ejecutar (organizar, dinamizar) y evaluar.
Este conjunto de acciones son moldeadas por un individuo para promover la participación activa de una comunidad en su desarrollo tanto cultural como social.
Existen muchos autores que reflejan en sus textos sendas definiciones de animación sociocultural; algunos de ellos se basan en las perspectivas históricas que zarandean al concepto; otros, en cambio, se centran únicamente en los diversos pensamientos próximos, a saber, la educación social, la educación no formal, la pedagogía social, la pedagogía del ocio… Pero pocos, solamente los más pragmáticos, se fijan en la acción continua que ejerce el TASOC en su quehacer diario.
Por ello, desde TOTTASOC no se elige ninguna conceptualización como dogma para edfinir el trabajo que realizan muchos en sus instituciones o lugares de trabajo, solamente se fija como estructura conceptual lo que el Real Decreto regulador de las directrices generales y de las enseñanzas mínimas estipula como competencia general del animador sociocultural; éste eleva al Ministerio que los requerimientos generales de la calificación profesional son las de “programar, organizar, dinamizar y evaluar proyectos de intervención social, aplicando técnicas de dinámicas de grupos y utilizando recursos comunitarios, culturales y de ocio y tiempo libre”.
Esta posición podría establecer una lectura maliciosa entre los más filosóficos terminologistas, y sí, es razonable pensar que este posicionamiento excluye por un lado a los que no han cursado el ciclo formativo por no existir como tal en sus lugares de residencia o por ser experimentados profesionales de alguna otra titulación capital o ramificada, y por otro lado, a los que han creado el concepto con su trabajo diario en instituciones o colectivos y no poseen el ansiado cartón signado.
Es justo pensar que estamos ante un posicionamiento legalista del término, objetivo, sin tener en cuenta sus planteamientos idearios o sus antecedentes históricos, pero este esbozo, y se nombra de esta forma, porque así lo es, un esbozo como planteamiento inicial, como exigencia de mínimos, el resto es papel mojado ante las reivindicaciones laborales o ante la administración.
Pero es de justos ser agradecido y cabe incidir en la importancia de muchos autores
que reflejan en sus más insignes escritos conceptualizaciones básicas o complementarias sobre el término en cuestión; cabe destacar entre otros a Trilla, Caride Gómez, Colomer, Calvo, Català, Puig, Viché, Ander Egg, Cembranos y un largo etcétera que nos hacen la vida más fácil a los que nos dedicamos entre otras cosas a elucubrar sobre estos argumentos
Decálogo para un grupo construir un grupo que dialoga
Hace 2 semanas
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